Observación de pollos en el patio de recreo

En este vídeo se presentan algunas maneras indirectas en que se pueden alcanzar los parámetros de aprendizaje infantil cuando los maestros organizan un ambiente que anima las preguntas de los niños. En este caso, las maestras han permitido que los niños tengan la oportunidad de observar pollos durante el juego libre, después de arreglar algunas actividades que permitieron que los niños se familiarizaran un tanto con los pollos en otro lugar.

El vídeo se grabó en una escuela pequeña ubicada en la región central de Illinois. La clase de kindergarten y primer grado ha estudiado el desarrollo de polluelos dentro del huevo y después de salir del cascarón. Los niños de la clase preescolar también pudieron observar los polluelos varias veces. Los eventos de este vídeo ocurrieron al final del año escolar, cuando los polluelos casi habían alcanzado el tamaño de los adultos. Las maestras los ponían en un redil al aire libre cuando hacía buen tiempo para correr, arañar el suelo y comer insectos. Niños de las dos clases podían observar los polluelos durante el recreo si lo deseaban.

En este vídeo vemos que Selena, niña preescolar de 4 años, pasa un rato durante el recreo al aire libre observando los polluelos en su redil y haciendo comentarios a una visitante, quien graba el vídeo. Una maestra y dos compañeros de clase (Bart y Gareth) se acercan y la acompañan durante ratos breves.

Durante la primera parte del vídeo, mientras Selena camina de un lado a otro y observa a los polluelos, habla a la visitante y le cuenta sus especulaciones sobre cuáles polluelos podrían ser gallos. Luego la maestra viene y le explica que la cresta roja y las barbas que se están desarrollando en el polluelo blanco indican que ése será gallo. Comenta la falta de sombra en el redil, y Selena especula que los polluelos podrían “pelear” por la poca sombra.

Al comienzo de la segunda parte del vídeo, Selena describe espontáneamente a la visitante lo que hacen los polluelos. Bart, niño de 4 años, se acerca y la acompaña durante un rato breve, y pregunta si los polluelos ya han crecido. Ella contesta que están creciendo y que “ya sabemos” cómo distinguir el gallo. No usa las palabras “cresta” ni “barbas”, términos específicos mencionados por la maestra, sino más bien combina palabras y gestos para describir la cresta que está creciendo en la cabeza del polluelo.

En la parte final del vídeo Gareth, niño de 4 años, y Selena conversan, primero con la visitante y luego entre sí, sobre el tamaño, la forma y los contenidos del redil de los polluelos.

Durante todo el vídeo, los niños usan el movimiento físico (haciendo gestos y señalando cosas con el dedo) además de las palabras para expresar sus ideas. Es bastante típico que niños preescolares combinen palabras y gestos al conversar. Alguna parte de su conversación es paralela; aunque los dos hablan sobre el redil, no necesariamente se están escuchando el uno al otro. En otros momentos responden a los comentarios del otro. Esta variación en la atención y las respuestas también es bastante típica de las conversaciones entre compañeros de clases preescolares. Al final del vídeo, Selena y Gareth están de pie lado a lado, mirando a los polluelos y hablando sobre el redil y sus posibles beneficios para los polluelos. El que mencionen el espacio, las plantas, la comida y “todo tipo de cosas diferentes” sugiere alguna conciencia sobre al menos algunas de las cosas que los polluelos necesitan para crecer.

Dichas observaciones y conversaciones ocurren dentro del contexto del juego libre de los niños en el patio de recreo. La visitante no hace preguntas profundas; los niños dirigen la conversación y prestan atención a las facetas del comportamiento de los polluelos que les interesan. Sus conversaciones sugieren que, al menos para Selena, Bart y Gareth, su experiencia previa relativamente breve con los polluelos ha suscitado un interés continuo que puede expandirse cuando tienen acceso a los polluelos durante el plazo extendido que pasan al aire libre.