El juego de fantasía con cajas grandes

El juego de fantasía también se llama “juego aparentado”, “juego dramático” o “juego simbólico”. El juego de fantasía contribuye al desarrollo de niños pequeños de diversas maneras. En este vídeo se ven dos ejemplos del juego de fantasía de varios niños. En la primera sección Hannah, de 20 meses, juega con trastes de plástico y dos cajas grandes. En la segunda sección Isaac, de 5 años, y su hermana mayor de 7 años, Ellie, elaboran un disfraz de robot que los dos han planeado juntos.

• Juego de fantasía de una niña pequeña.
  Hannah empieza a jugar a solas; habla consigo misma mientras entra a la caja a través de su puerta. Se sienta entre algunos trastes de plástico que sobraron de una “fiesta de té” en la que participó antes con su hermana mayor y su prima. Los niños pequeños con frecuencia se hablan consigo mismos o a sus juguetes durante el juego de fantasía. Hannah toma una taza y un platillo, los coloca en frente de ella e inclina ligeramente la tetera para aparentar que vierte el té. Tales juegos solitarios de fantasía son típicos de niños menores de 3 años, pero con frecuencia gozan jugando con otros. En realidad, al poco tiempo Hannah invita a su madre a unirse a ella en el juego. Levanta los trastes y camina hacia su madre, quien está grabando el vídeo, y dice: “Ma-ma. Mama”. Coloca los trastes en una caja baja y ancha que está cubierta con algo que parece ser un mantel. Luego vuelve caminando a la primera caja para recoger los demás trastes. La fantasía de compartir comida y bebidas es un tema común en el juego dramático de niños pequeños. Algunos peritos creen que eso refleja los intereses del niño en la comida, la vida diaria familiar o el establecimiento de buenas relaciones con otros.
• Los niños mayores elaboran un disfraz.
  A muchos niños de edad preescolar y mayores, les gusta usar disfraces durante sus juegos de fantasía. Un disfraz puede ayudar a un niño a creer que está desempeñando el papel de otra persona, lo cual aumenta la complejidad del juego aparentado. Para planear y crear un disfraz, el niño tiene que alternar entre la fantasía y la “realidad”, para recordar lo que ya sabe sobre el papel imaginado y pensar en maneras de adaptar el disfraz al papel. Por ejemplo, Isaac y Ellie saben que un robot probablemente no será suave, así que antes de la actividad que se ve en este vídeo, ya habían escogido cajas fuertes de cartón para su disfraz. Como creían que un robot necesita un cuerpo y una cabeza, escogieron una caja pequeña para la cabeza y otra más grande para el cuerpo; pero no una que fuera tan grande que no pudieran moverla. También pidieron que un adulto los ayudara a trazar y cortar huecos en las cajas cuando fuera necesario, y pidieron algunos trozos de papel de aluminio, los cuales se pueden ver en el piso cerca de los niños mientras trabajan. En el vídeo se ve que los niños colorean la cabeza del robot; ya han dibujado botones de control en el cuerpo. Para el momento en que están listos para probar el disfraz, ya han agregado algún papel de aluminio a la cabeza. (No se ve en el vídeo el momento en que agregan el papel de aluminio). La colaboración de los niños es relativamente fácil, lo cual no siempre es el caso cuando los hermanos están trabajando juntos; pero aquí tienen la meta común de crear un disfraz que los dos puedan usar. Al final del vídeo, Isaac tiene puesto el disfraz y camina mientras Ellie lo alienta diciendo: “¡Te ves exacto como un robot!”
• Los niños resuelven problemas durante el juego.
  El vídeo muestra otra característica del juego de fantasía. Con frecuencia los niños tienen que resolver rápidamente problemas que podrían estorbar su juego. Por ejemplo, Hannah, con sus 20 meses, todavía está aprendiendo a cambiar fácilmente de posición entre estar sentada, de pie y caminando. En el vídeo intenta ponerse de pie dentro de la caja y salir caminando a la vez que lleva algunos trastes. Al intentar incorporarse, choca ligeramente la cabeza contra la “puerta” de la caja. Decide salir gateando, por lo que tiene que soltar algunos trastes. Piensa lo que va a hacer, lo hace y sigue jugando. Isaac, de 5 años, también hace frente a un desafío. Ansía ponerse el disfraz de robot pero se da cuenta de que no podrá ponerse la parte del cuerpo mientras tiene la parte de la cabeza puesta; problema que su hermana mayor parece no haberse notado. El niño se quita la cabeza, toma la caja grande y dice con decisión: “¡Solo esto va primero!” Entonces puede ponerse el disfraz entero con la ayuda de Ellie.
• Los niños usan el juego de fantasía por varios motivos.
  El juego dramático divierte a los niños, pero puede servir para varios propósitos adicionales. Puede ser un momento en que el niño se relacione con familiares o amigos y use sus habilidades sociales. El juego aparentado puede permitir que los niños vuelvan a imaginarse experiencias pasadas, practiquen habilidades que quieren dominar, como verter líquido en una taza para compartirla, o pensar en cosas que podrían pasar. A veces se imaginan situaciones que desean ver en la realidad, como experimentar durante un rato una identidad distinta (por ejemplo, la de un robot) o tener muñecas y juguetes que pueden hablar. O puede ser que imaginan situaciones desafiantes—cosas difíciles o espantosas—e idean maneras de dominarlas en su juego de fantasía.
• Las familias apoyan el juego de fantasía.
  Los niños pequeños empiezan típicamente a aparentar durante el segundo año de vida. Los padres y madres pueden notar que el juego de aparentar de su hijo se hace más complejo con el tiempo. Por ejemplo, con sus 5 años de edad, Hannah puede expandir su juego de compartir comida al arreglar una funda de almohada como “mantel” encima de una caja de cartón y servir una comida imaginaria a dos amigas usando platos de papel que han elaborado.

La provisión de “accesorios” de los familiares adultos es una buena manera de apoyar el juego dramático de niños pequeños. Como lo demuestran las actividades del presente vídeo, los niños no necesitan juguetes complicados ni costosos para su juego de aparentar. Cajas de varias formas y varios tamaños sirven como casita de juego, mesa y componentes de un disfraz. Las cajas, los trastes de juguete, la tela, los marcadores o plumones y el papel de aluminio usados por Hannah, Isaac y Ellie fueron suministrados por sus padres y abuelos. Los niños también pueden usar ropa vieja para hacer disfraces; en vez de un equipo de té comprado, un niño podría usar algunos vasos o tazas resistentes de la familia.